
El nudo conocido como machard de dos senos, es uno de los nudos autobloqueantes más prácticos. Es fácil de hacer y recomendable como autoseguro mientras rapelamos. El rápel es una maniobra realmente sencilla, pero nuestro pellejo depende totalmente de unos pocos elementos (mosquetón, descensor y anclaje) que no admiten fallo.
Aparte de la imprescindible comprobación del anclaje, un nudo autobloqueante de autoseguro nos permitirá poder soltar las manos para deshacer líos de cuerda o cualquier otra maniobra. También puede evitar que caigamos sin control ante un incidente que nos incapacite, como la caída de una piedra o un desvanecimiento por otra causa.
Este autobloqueante también es práctico para cualquier otra maniobra, como ascenso por las cuerdas. Normalmente es necesario un mínimo de 4 o 5 vueltas, siempre teniendo en cuenta el material que usemos. Cuanto más dúctil y gastado (más pelusa) esté el cordino y la cuerda, más agarre. También influye la diferencia entre el cordino y la cuerda sobre la que actúa; a mayor diferencia mayor agarre. Cuantas más vueltas dé el cordino más agarrará, y el número adecuado de ellas requiere experimentación personal según el material que usemos. Esto es aplicable a todos los nudos autobloqueantes, no solo a este.
En las ilustraciones vemos la forma más recomendable de colocarse el autobloqueante, un método fácil de manejar y eficiente que sustituye a nuestra “mano de freno”.
método de autoseguro recomendable para rapelar